domingo, 16 de septiembre de 2007

El Fenómeno Fidencista



El Fenómeno Fidencista


"Una vez desaparecido el líder (Fidencio), la gente tuvo la opción de olvidarlo o darle la trascendencia, y en eso consiste el papel del mito, el cual escapa a la historia y continúa repitiéndose una y otra vez..."

GAEA

Introducción

Los inicios del Fidencismo ocurren en Espinazo, Nuevo León, aproximadamente en 1938. En este pueblo, comenzó a hacerse famoso el rumor de que un joven con aspecto de niño, llamado Fidencio, poseía poderes curativos extraordinarios y gracias a ellos, estaba cambiando la vida de muchas personas que acudían a él. Como un héroe arquetípico, un santo moderno, está figura fue desarrollándose y tomando fuerza entre los vecinos de pueblos aledaños y posteriormente del resto de la república así como fuera del país. Las preguntas que se derivan de este suceso son las siguientes:


¿A qué se debe que tal ser haya cobrado tantos seguidores?

En la época actual es natural sentirse desprovisto de esa seguridad que en antaño proporcionaba la religión al hombre común. Con la llegada de la tecnología y la ciencia, el hombre se ha visto en la necesidad de someter su pensamiento al método científico, relegando el papel de la fe, que en casos supremos eran infalibles y más confiables que los proporcionados por los profanos.

Aun para el hombre moderno, sigue surgiendo esta necesidad y clase de auxilios que se consideran en el inconciente como salidas extremas a problemas generalmente de salud, que la ciencia ha condenado y desahuciado previamente.


¿Qué tipo de personas acuden a él?

Generalmente (con sus excepciones) gente vieja, de baja cultura y condición social, así como el resto de personas con algún problema de salud física, mental o espiritual, buscando el consuelo de algo más lejano, poderoso e intangible, cuando la ciencia (a la que generalmente se acude primero) ha dicho que no.

Las personas que recurren a estos métodos, suelen sanar en numerosas ocasiones. Básicamente se considera que las enfermedades que obtienen resultados palpables e inmediatos, tienen orígenes principalmente sugestivos, y al saberse “sanados” desaparecen los síntomas.

Otros más acuden buscando el consuelo a una vida desdichada, ahuyentar, además de enfermedades físicas, las “malas vibras” y los encantamientos a través de la purificación en el ritual de las aguas – La Charca – o a través de la curación por naranjas (Fidencio, por la gran cantidad de enfermos que acudían a él y por la incapacidad de atenderlos a todos, subía al techo de su casa y les lanzaba naranjas, quedando curados aquellos que eran golpeados por estas).

En efecto muchas personas no sanan, quizá solo aquellas que depositan toda su fe y energía mental al grado de crearse una nueva realidad interna y de modificar su propia química interior. Muchas otras, solo parten con el consuelo espiritual de que se ha hecho lo que se ha podido, y que sino se sana es porque el Dios –en que se crea- no lo considera oportuno y en casos extremos, se puede morir con la seguridad de que alguien con influencia divina les ha de dar protección en el camino a la trascendencia sin pasar por los dolores críticos de la muerte. Un buen morir y una digna y santa sepultura.


¿Cuál es el papel que juega este mito en la realidad de quienes creen en él?

Una vez desaparecido el líder (Fidencio), la gente tuvo la opción de olvidarlo o darle la trascendencia, y en eso consiste el papel del mito, el cual escapa a la historia y continúa repitiéndose una y otra vez.

Así pues, “encarnando” en sus discípulos, el Niño Fidencio continúa proporcionando alivio a los enfermos que visitan la entidad, con la fe y la esperanza total de que van a recuperar lo perdido o a reencontrar milagrosamente la felicidad de una vida saludable o de una muerte “segura”.


El papel de los cajitas

Las cajitas, eran quienes fungían como enfermeras y ayudantes del niño Fidencio en el culto de sanación. Una vez que este deja de existir y se convierte en un mito, el papel de los cajitas sigue vigente, son ellos quienes se encargan de continuar con este legado místico popular, y de realizar las previas citas de personas que acuden principalmente desde lejos para participar y ser parte activa de este movimiento.


¿Porqué no representa una religión oficial este movimiento?

La principal condición para que un movimiento se convierta en algo plenamente formal es la institucionalización del mismo y esto sólo se logra cuando diversos factores coinciden al mismo tiempo. Por ejemplo: fuerzas económicas, políticas, gran cantidad de seguidores, etc. Es decir, el mito va cobrando fuerza entre la comunidad y cuando el movimiento se institucionaliza deja de ser secta para convertirse formalmente en religión. No hay religión sin adeptos, pero tampoco movimientos.

En este caso en particular, se combinan el mito y la fe dando como resultado una estructura bien definida en cuestión de rituales, así como de los papeles que juega cada uno de los involucrados: el curador, el administrador, el ayudante y el enfermo.


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Bibliografía y Notas adicionales

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Descripción: Fidencio Constantino, "El Niño Guadalupano".

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