domingo, 16 de septiembre de 2007

ISLAM: Una breve introducción



ISLAM


"Solo hay un Dios (Allah) y Muhammad es su Mensajero"

GDAL

Arabia antes del Islam

Arabia en la parte norte, es una tierra árida, inhóspita, de grandes extensiones de arena, sin ríos o lagos. Es una parte de la tierra que exige a sus habitantes grandes resistencias, tenacidad y combatividad. Pero en ese norte desértico, los oasis esporádicos les permitían a los beduinos llevar una vida sedentaria, dedicados a la agricultura y al comercio. Con el paso del tiempo, esos mismos pozos de agua, fuentes, oasis, invitaban a las caravanas comerciantes a hacer un alto y a reunirse en aquellos puntos. Las florecientes ciudades de La Meca, Yatrib (más tarde Medina), Ta’if y Najram se engrandecían y competían comercialmente. Sin embargo, La Meca, la mayor de todas, con el tiempo acabo por aplastar a sus rivales con su peso económico y financiero. La Meca, con el paso del tiempo, y con ayuda de su estratégica ubicación, se adueñó de todo el comercio que transitaba por Arabia central. Cabe mencionar, que La Meca era también el mayor centro religioso de la península arábiga, ya que contaba con la fuente sagrada de Zamzam (más tarde con la Kaaba y su Piedra Negra) y varias peregrinaciones se hacían a sus santuarios. La Meca, así, se convirtió en la metrópoli comercial y religiosa más importante en su región.


El profeta surge


Muhammad, de la tribu de los Qurays y del clan de los Hashim, nace en La Meca hacia el 570. Huérfano, fue educado por su abuelo y más tarde por su tío y jefe del clan, administra los negocios de la rica viuda de un comerciante con la que finalmente se casa de 25 años. En sus labores, hace grandes viajes de negocios que lo llevan, a través del desierto, hasta Siria y Palestina. Pero sintiendo una especia de llamado, cada vez se aparta más de los negocios para retirarse a la soledad de las montañas. En el transcurso de los años, la oración y la meditación se vuelven para él más importantes que el comercio, aún con sus valiosas mercancías. En la Arabia pagana-preislámica de aquel entonces, había ya bastantes “buscadores de Dios” (hanif) que anhelaban una fe más pura, más depurada, la fe en el único, en Allah.

En el pensamiento de Muhammad el monoteísmo primitivo de los árabes era innegable. Se trataba de volver a él. Pero los árabes, seducidos por los pueblos vecinos (caldeos, griegos, romanos), habían desvirtuado la figura de Allah y la habían asociado con otras divinidades. Y que gran sorpresa cuando aquel hombre de 40 años se presenta un día con una noticia a sus familiares y amigos: mientras meditaba, Dios le había hecho revelaciones. Y entre estos acaba reuniendo un pequeño grupo de adeptos. Con el tiempo Muhammad va teniendo cada vez más clara la conciencia de todo lo que implica su misión profética. Porque Muhammad sigue recibiendo revelaciones y que recita a sus seguidores.

Al pasar de los años, Muhammad hace públicas sus revelaciones, viéndose rechazado y ridiculizado por muchos, que ven en él un “aleccionador”. Debido a dos razones principales: 1. En medio de aquel emporio comercial y próspero, Muhammad predica una ética de justicia, confronta a sus conciudadanos con el juicio final, con castigos en la otra vida y exige cambio interior y solidaridad social. Aquello representaba una amenaza para el creciente egoísmo y materialismo de los ricos comerciantes y mercaderes del lugar acostumbrados a los derroches y los lujos. 2. Muhammad predica la sumisión a un solo Dios, justo y misericordioso. Una amenaza para el culto a los dioses y el comercio en torno a la Kaaba, para todo negociador relacionado con las peregrinaciones y de este modo, para todo un sistema financiero y económico en La Meca.

A pesar de los problemas, nace una comunidad musulmana cuya base no es una determinada condición social sino la fe común, la oración ritual, la religiosidad orientada en la escatología y una conciencia ética basada en la justicia. La consecuencia es un amargo conflicto de diez años de duración, hasta que la situación del profeta en La meca es insostenible. Su mujer había muerto, también su tío y protector. Otro tío, de un clan enemigo de Muhammad, se vuelve contra él y la única salida que finalmente queda es la emigración (hégira).


La Hégira, la Ascensión y la comunidad de Medina

En esta época (hacia el 621), la tradición biográfica sitúa la ascensión al cielo y el descenso a los infiernos de Muhammad, y su visita nocturna a Jerusalén. Allah quería probarle que no le abandonaba y que deseaba hacerle atravesar, por diferentes etapas, el largo y difícil camino a la perfección. Mediante el rito de abrir el pecho, operado en él por los ángeles cuando niño mientras cuidaba un rebaño significo el quedar purificado de las secuelas del paganismo; mediante la ascensión al cielo Allah quería someter a prueba su fe en su omnipotencia.

En el año 622 (más tarde el año 1 de la era islámica), el profeta emigra a Yatrib, que recibiría después el nombre de Medina (al-Madina, ciudad del profeta). Medina, a diferencia de La Meca, no es un centro comercial, de peregrinación y de mercado, sino un oasis de palmeras datileras y de cereales, es decir, una ciudad dedicada a la agricultura.

Los ahora musulmanes se van marchando en pequeños grupos; abandonan la propia tribu y rompen las relaciones con el propio clan, por razones de fe. En un importante paso hacia un mundo distinto: ya no es tan importante la afinidad tribal sino la comunidad de fe, ya no cuentan los antiguos dioses sino el Dios uno. La comunidad árabe se convierte en comunidad musulmana. El profeta funda en Medina la primera comunidad musulmana, la umma.

Esa comunidad es desde el principio una comunidad religiosa y política. No existe por tanto, separación entre religión y Estado. El estado islámico es desde sus orígenes una “teocracia”, un “gobierno de Dios” y es también un rasgo del profeta árabe que al mismo tiempo es estadista y general. Durante seis años guerrea contra su tribu natal. En el año 630 finalmente logra entrar pacíficamente como vencedor en La Meca y regresa después a Medina, donde seguirá residiendo. Allí surge el modelo originario de todas las mezquitas, que es la casa que el propio Muhammad mandó construir en Medina.

La última peregrinación del Profeta

En el año 632 Muhammad emprende otro viaje de peregrinación a La Meca que sería su “peregrinación de despedida”. Enfermo de muerte, con la cabeza en el regazo de su mujer favorita, Aisha, el profeta muere a la edad de 62 años, el 8 de julio del 632, en Medina, hoy la segunda ciudad sagrada del Islam después de La Meca. Para entonces, Muhammad tiene bajo su dominio toda la península arábiga y ha hecho de Arabia el centro del Islam.


El Corán

Corán es la trascripción castellana aproximada al árabe qur’an, que es una de las formas del nombre de acción del verbo qara’a. En lengua árabe moderna, el verbo se emplea hoy en el sentido de “leer”, designando una acción cuyo objeto suele ser un texto escrito. De ahí la traducción, utilizada a menudo, de Qur’an por “Libro”, aunque la acepción más apropiada seria la traducción por “recitar”.

Para el musulmán, el Corán es el libro constituido total y exclusivamente por la revelación hecha al profeta Muhammad. Para el lector creyente, esta apelación evoca los estatutos respectivos del Mensajero y el Mensaje designado de entrada como un todo: un Libro, que el Mensajero fue encargado de transmitir pero del que no es autor. Decir que el Corán tiene como autor a Muhammad sería percibido como una impiedad.
Enunciado en árabe, el Corán está divido en 114 suras, a los que algunos llaman capítulos. A su vez, los suras están divididos en 6536 ó 6600 versículos, variando su número conforme a las maneras de detallarlos. La lectura del mensaje coránico puede organizarse en torno a dos afirmaciones. La primera es de orden del conocimiento: demostrar la absoluta trascendencia de Dios, único creador de lo que es. La segunda es de orden ético: establecer la responsabilidad del hombre antes Dios, dicho de otra manera, la legitimidad y la equidad de un juicio de Dios.


La profesión de fe y los Pilares del Islam

Con este nombre se conocen los cinco deberes u obligaciones fundamentales del Islam, que son la profesión de fe, la oración, la limosna, el ayuno y la peregrinación.

La profesión de fe: no hay más Dios que Allah y Muhammad es su profeta.
La oración: celebrada en comunidad, cinco veces al día en dirección a La Meca.
La limosna: recaudada como un impuesto por el gobierno para que se use en beneficio de la umma.
El ayuno: durante el mes del Ramadán se aplican diferentes restricciones en el consumo de alimentos.
La peregrinación a La Meca: al menos una vez en la vida.


El Islam hoy

Aunque en región de conflictos militares, en zona de turbulencias religiosas que amenazan desestabilizar regímenes conservadores lo mismo que progresistas, el mundo musulmán es además, campo de vivas tensiones ideológicas, bajo las incidencias culturales de una modernidad reivindicada por unos y rechazada por otros. Todo ello dentro de un clima de desarrollo, engendrado por las contradicciones entre el triunfalismo de los discursos islamistas, las duras realidades de la historia y las disensiones entre las obsesivas referencias a la tradición y los llamados a la innovación liberadora.

Lejos de haber alcanzado nuevos equilibrios, el mundo musulmán presenta, por doquier, signos de mutaciones: estructuras quebrantadas por la dinámica del desarrollo, una cultura en plena metamorfosis, un pensamiento en plena búsqueda, una conciencia colectiva que oscila entre los mitos del pasado y las fascinaciones de un futuro mejor.

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Bibliografía y Notas adicionales

-Guellouz, Azzedine. "El Corán". Siglo XXI Editores, S.A. de C.V. México, 2003.
-Hofmann, Walter; Poirier, Michel. "Historia de las Religiones". Ediciones Andrómeda. Argentina, 2005.
-Küng, Hans. "En busca de nuestras huellas". Grupo Editorial Random House Mondadori, S.A. de C.V. México, 2007.
-Meraz, Ali. "El Islam Contemporáneo". Fondo de Cultura Económica, S.A. de C.V. México, 2002.
-Puech, Henri-Charles. "Historia de las Religiones Vol. 6: Las Religiones en el Mundo Mediterráneo y en el Oriente Próximo II". Siglo XII Editores, S.A. de C.V. México, 2002.
-Ruiz Figueroa, Manuel. "La Religión Islámica: Una Introducción". El Colegio de México. México, 2002.

Foto: Tomada sin permiso de http://www.artislamic.com/ y con la siguiente descripción:
Content of Work: A Prayer Containing Pillars of Islamic Faith.
Meaning: "(Top middle:) In the name of Allah, the Beneficent, the Merciful. (Inside of right and left circles:) I believe in Allah The Exalted (the middle part) AND His angels AND His Books AND His Messengers AND the Day of Judgment, AND the fate with its goodness AND badness takes place according to Allah's wish, (bottom) the resurrection after death is true. I testify that there is no god but Allah and I testify that Muhammad is slave and Messenger of Allah."
Calligrapher: M. Halim Özyazici (1898-1964).
Calligraphy Style: Jalee Thuluth & Nesh.

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